¿Quieres ser feliz?

Todo el mundo quiere ser feliz, pero pocas personas tienen la valentía de arriesgarse a serlo, de hacer los cambios que necesitan para sentir el bienestar interior que tanto parecen anhelar. Es algo así como querer cambiar si que nada cambie.

Por supuesto, la felicidad es algo muy distinto para cada una de nosotras. Cada vez que una persona viene a mi consulta y me dice que quiere ser feliz, le planteo estas preguntas:  ¿En qué consiste para ti ser feliz? Y cuando lo seas, ¿cómo lo sabrás? ¿Cómo habrá cambiado tu vida? 

Invariablemente, ¡sus caras son todo un poema! Pero es importante que des respuesta a estas preguntas para saber hacia dónde te quieres dirigir.

Más allá de estas preguntas, en general me parece que las personas felices son aquellas que...

  1. Determinan su propio destino
  2. Asumen la responsabilidad de sus acciones y sentimientos
  3. Se han deshecho de patrones irrelevantes en el aquí y ahora

Tienes muchas más probabilidades de ser feliz si eres consciente

  • Una persona consciente sabe que la vida es temporal y valora el aquí y ahora.
  • Una persona consciente escucha los mensajes del cuerpo y sabe cuándo está tensa o relajada, cuando está abierta y cuándo no está disponible.
  • Una persona consciente conoce el mundo interior de los sentimientos y las fantasías y no tiene miedo ni se avergüenza de ellos.
  • Una persona consciente sabe dónde está, qué está haciendo y cómo se siente al respecto.
  • Una persona consciente escucha a los demás. Intenta establecer un contacto genuino mediante el aprendizaje de la capacidad de hablar y escuchar. Su cuerpo no hace una cosa mientras la mente se centra en otra.

Decidir conscientemente es ser libre; libre a pesar de las características heredadas y las influencias ambientales. Pero no basta con tomar una decisión. A menos que la persona actúe en base a esa decisión, nada tendrá sentido.

Tienes muchas más probabilidades de ser feliz si eres espontánea

  • Una persona espontánea se ha liberado de la compulsión de vivir una vida predeterminada y ha aprendido a enfrentarse a las nuevas situaciones y a explorar nuevas maneras de pensar, sentir y responder.
  • Una persona espontánea usa la habilidad de decidir de manera independiente. Acepta su historia personal, pero toma nuevas decisiones en lugar de permanecer a merced del “destino”.

Te propongo este ejercicio

Enumera las cinco cosas que más valores en la vida. Luego ponlas por orden de prioridad y pregúntate:

  1. ¿La forma en que estoy viviendo mi vida refleja lo que digo que valoro?
  2. ​¿Quién quiero ser? (hoy, dentro de 5 años, de 10 años, de 20 años)
  3. ​¿Qué potenciales tengo para convertirme en esa persona?
  4. ​¿Cuáles son los obstáculos?
  5. ¿Qué voy a hacer con mis potenciales y mis obstáculos?
  6. ¿Cómo puedo convertirme en la persona feliz que nací para ser?

Hace falta valor para atreverse a ser feliz. Hace falta valor para experimentar la libertad que procede de la autonomía, valor para aceptar la intimidad y el encuentro directo con otras personas, valor para elegir una y otra vez la autenticidad en lugar de la aprobación, valor para aceptar la responsabilidad de las propias elecciones y, por supuesto, valor para ser la persona única que realmente eres.

Todas tenemos la capacidad de ser felices. La cuestión es: ¿te vas a atrever a serlo?

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