No pienso en el rincón de pensar (Primera parte)

Tu hijo se comporta de modo inaceptable y tú lo mandas al “rincón de pensar” porque sabes que una bofetada o un castigo es mucho peor. Pero, para tu hijo, el rincón de pensar sí es un castigo, que poco se diferencia de cuando a ti te mandaban de “cara a la pared”.

El rincón de pensar puede crear problemas de comportamiento posteriores, que afectan el bienestar de tu hijo y pueden dañar de forma severa tu relación con él.

¿Qué tiene de malo el rincón de pensar?

De entrada, parece una solución sensata, ¿verdad? Le pides a tu hijo que se vaya a su habitación y se ponga a pensar en lo que ha hecho, y le dices que puede volver a salir cuando se haya calmado. No usas la violencia y pones un poco de distancia entre tu hijo y tú en un momento de alta tensión emocional.

El problema es que no conseguirás tu objetivo ni a corto plazo (que tu hijo reflexione sobre su comportamiento) ni a largo plazo (que no vuelva a repetir lo que hizo). De hecho, este método suele empeorar su comportamiento porque

1. Tu hijo cree que le mandas al rincón de pensar porque ha sido “malo”. Esto no solo disminuye su autoestima, sino que también ayuda a perpetuar su comportamiento inadecuado, porque si tú crees que se ha portado mal, él se esforzará por “complacerte” en el futuro portándose mal y cumpliendo las expectativas.

2. No le ayuda a regularse emocionalmente. La mejor manera de ayudar a tu hijo a que se calme es diciéndole que sus sentimientos son aceptables. Cuando lo envías al rincón de pensar, terminará por calmarse, pero no aprenderá a gestionar sus emociones para la próxima vez.

3. Rincón de pensar = abandono (para un niño pequeño). Porque tú eres lo que más necesita en ese momento. En lugar de ayudarle a calmarse, se le dispara el miedo a ser abandonado innato en todo ser humano.

4. Rincón de pensar = amor condicional. El mensaje que le estás dando es algo así como: “Debes alejarte en este momento porque tus sentimientos más difíciles son inaceptables para mí y no puedo sostenerlos” (suele pasar con la rabia, o el enfado); “solo te acepto cuando tus sentimientos son agradables y puedo sostenerlos”. Pero tanto los sentimientos positivos como los mal llamados negativos forman parte de tu hijo, igual que de ti, de mí, del mundo entero.

5. El rincón de pensar no os permite buscar una solución conjunta al problema. Y eso debilita el vínculo con tu hijo. Es como un pez que se muerde la cola, porque cuando el vínculo se va debilitando, tu hijo se comportará de forma inadecuada con mayor frecuencia. Es mucho mejor resolver lo que haya pasado escuchando a tu hijo largo y tendido, pidiéndole que te escuche también él a ti, hablando de forma abierta y negociando. Es decir, comunicándoos. Además, de esta forma él aprenderá a gestionar los conflictos en el futuro y a expresar sus emociones y necesidades. (Por cierto, esas habilidades no son innatas, tenemos que desarrollarlas pues nadie nos las ha enseñado, pero son imprescindibles para desarrollar la relación que sueñas con tu hijo.)

Pelando las capas de la cebolla

¿Qué hay bajo el comportamiento inadecuado de tu hijo en un momento dado? Casi seguro que una necesidad insatisfecha, ya sea física o emocional.

Si tu hijo es un preescolar (3-6 años), es muy posible que grite o llore cuando se sienta frustrado. ¿Y por qué tiene que gritar y llorar? Para atraer tu atención, para que le cuides y satisfagas su necesidad y pueda restablecer un sentimiento de seguridad y bienestar. El mal comportamiento de los niños mayores (6-12 años) y los adolescentes es igualmente una llamada de ayuda que anuncia que sus necesidades no están siendo satisfechas. Cuidado, no estoy diciendo que su malestar tenga que ver contigo, ¿de acuerdo?

Pero si le mandas al rincón de pensar, ¿qué pasa con su necesidad? Pues que no es satisfecha, porque para eso te necesita a ti. Y un niño con una necesidad frustrada obligado a quedarse en el rincón de pensar suele enfadarse, además de sentirse profundamente herido. Tal vez no te lo demuestre de forma inmediata, pero el enfado saldrá antes o después.

Una forma de disciplina que hiere y genera rabia daña a tu hijo. ¿Cómo?

A largo plazo

Si tu hijo aprende que debe reprimir las emociones desagradables porque no son bienvenidas, por descontado que aprenderá a reprimirlas. Aprenderá a ignorarlas, a distraerse de ellas, a desconectarse de ellas. Y en el futuro ya tenemos otro adulto que no se para a sentir lo que siente, que ni siquiera sabe qué siente en realidad. Todas las personas que he atendido en mi consulta han tenido o tienen problemas en ese ámbito.

La semana que viene hablaremos de alternativas a esta dañina forma de disciplina.

Ahora te paso el relevo. ¿Usas el rincón de pensar? ¿Te sirve? Y si no lo usas, ¿qué otras cosas haces cuando tu hijo se comporta de forma inaceptable para ti? ¿Qué vas a hacer con esta información?

Un cálido abrazo y hasta la semana que viene.

i_firma_olga.png

Click Here to Leave a Comment Below

Angeles - marzo 7, 2016

Hola ya Quiero ver el post siguiente para saber como se desenlaza todo esto!!
Si bien no estoy de acuerdo con ningún tipo de castigo: ni el rincón de pensar ni otros tipos de violencia ya sea física, verbal o gestua, muchas veces con mis hijos (Pedro 5a y Joaquín 2a) se me terminan las opciones y no tengo más herramientas y termino recurriendo al Rincón de pensar que es el menos violento de todos (no así a los otros castigos) muchas veces se me acaban las estrategias y ya no sé qué hacer pero debo admitir que tampoco me funciona el rincón de pensar.

Reply
zohra - noviembre 11, 2015

Muy interesante Olga . Nosotros en casa ( yo personalmente) no recurro al rincón de pensar e intento comunicar con los dos, tengo gemelos de 3 años .
Pero la maestra en la escuela suele enviar a los ” que se comportan mal ” a la sala de los bebés y mis peques siempre comentan en casa esto.
¿Queráa saber tu opinión sobre este “castigo”?
Gracias
zohra

Reply
    Olga Marín - noviembre 12, 2015

    Todo lo que sea castigar a un niño es contraproducente. Próximamente hablaré de los castigos.

    Reply
Ainara - octubre 26, 2015

Que gran post Olga! La verdad que nosotros no utilizamos el rincón de pensar… De hecho a mí no me gusta ni este ni los castigos, aunque el papi sí que es un poco de castigarla… a veces cuando hace algo mal repetidamente la manda en castigo a sentarse en el sofá, ella entiende que lo ha hecho mal y a veces lloriquea. No sé hasta que punto ella entiende que eso está mal o no, será que a mí nunca me han castigado… pero es que hay veces que no acabo de ver otra solución para que entienda que lo que hizo está mal. ¿Cómo puedes hacerle notar que se ha equivocado sin necesidad de castigar?

Reply
    Olga Marín - octubre 27, 2015

    Pues muy sencillo, ¡explicándoselo con las palabras! “No me gusta que… porque… y quiero que…” Los niños entienden.

    Reply
ruben - enero 30, 2014

De entrada gracias y decir que a mí tampoco me gusta el rincón de pensar, pero creo que en los artículos hay que ser un poco más objetivos; si en la facultad se enseña el rincón de pensar es porque funciona (a la hora de corregir una conducta) y está demostrado de forma científica, lo que no está demostrado es la repercusión sentimental que conlleva.. Así pues me gustaría pedir más seriedad en los artículos, y lo que es es y lo que no es no es. Muchas gracias por dar la oportunidad de opinión.

Reply
    Olga Marín - enero 30, 2014

    Rubén,
    En la facultad se enseña porque se trabaja desde una perspectiva conductista en el 99% de los casos, y yo trabajo en la línea humanista, que es muy distinta. No se trata de seriedad o no, sino más bien de una forma distinta de mirar al niño, y de un concepto radicalmente distinto de educar. El niño cambiará su comportamiento inaceptable de otras formas mucho menos dañinas para él.

    Reply
Nayi - febrero 6, 2013

Hola, es cierto que el “rincón de pensar”, el “rincón del aburrimiento” o como lo quieras llamar siempre ha existido. Personalmente, nunca lo he usado con mi hija de tres añitos.
Mi hija tiene un carácter bastante arraigado, lo cual no lo considero como algo negativo. Bien utilizado, bien empleado, incluso resulta algo positivo. Para ello, nosotros, los padres, somos los que debemos guiarlos a aprender a utilizarlo de la mejor manera.
Por su corta edad y por su carácter, hasta hace unos añitos tenía unas “explosiones bastante fuertes”. Las cuales, coincidían porque estaba cansada, con hambre, enfadada por algún motivo. Y claro, como todavía no tiene la madurez emocional suficiente para reconocer y canalizar esos sentimientos, las manifestaba con esas “explosiones”.
Como persona humana que soy, en ocasiones, me ponía nerviosa, me enfadaba… Pero antes de actuar con ella, intentaba controlarme para poder controlarla a ella. La cogía, la abrazaba y sobre todo, le intentaba explicar por qué podía estar actuando así. Para que de esta manera, fuera reconociendo sus estados de ánimo, sus frustraciones y sobre todo que fuera aprendiendo a reconocerlas.
Ha sido una labor constante,diaria, pero puedo decir que ahora, ha tenido sus frutos.

Felicidades a mi hija por ser como es, sea como sea, tanto su padre como yo la queremos con locura!

Reply
Carolina - diciembre 5, 2012

¡Con un bebe de 15 meses todavía no he llegado a ese punto! Cuando escuché por primera vez esta barbaridad me pareció tal falta de respeto hacia los niños que me enfureció que fuese algo tan normalizado. El problema llegará cuando mi niño vaya a la escuela y lo castiguen de esta forma, porque lo hacen, ¡¡y mucho!! Ya conozco varias madres que han tenido problemas con las educadoras por este tema y ellas que son “muy sabias” no se bajan del burro, no entienden que una madre les pueda llevar la contraria en lo que se refiere la educación de sus hijos. Por ahora lo que hago cuando hay una rabieta, que son bastantes frecuentes aun siendo tan pequeño, es achucharlo fuerte y dejar que se calme un poquito, muchos besos, cosquillas y payasadas varias para hacerle sonreír y que deje de patalear porque, por ejemplo, no quiere ponerse el pañal… No sé si lo estaré haciendo bien, espero que sí… De todas formas, esto no lo he leído en ningún manual, es puro instinto. Un saludo.

Reply
    Olga Marín - diciembre 6, 2012

    Hola Carolina,
    Muchas gracias por tu comentario. Yo tampoco he tenido que pasar por el trago de debatir con las educadoras, pues mi hijo no va a la guardería, pero animo a todas las madres que consideren el rincón de pensar como una forma de castigo disfrazada de buenas intenciones a que luchen por lo que consideran sano para su hijo. Aprovecho para apuntar aquí que cada día hay más espacios educativos respetuosos con los niños, de educación no directiva, que por descontado abordan la educación desde una perspectiva totalmente distinta.
    ¡Un fuerte abrazo y bienvenida!

    Reply
Conchi - noviembre 4, 2012

Pues yo no lo veo tan claro.
Si mi hija de 6 años tiene un comportamiento inaceptable y la mando a su habitación a calmarse, no estoy rechazando sus sentimientos sino su comportamiento. No le digo que reprima sus sentimientos sino que aprenda a controlarse y a comportarse “como es debido”.

El hecho de prestarle atención y darle mimos y besitos, y todo eso que decís, ¿no fomenta ese mal comportamiento? ¿Qué pasó con aquello de ignorar al niño que tiene una pataleta en el supermercado, porque si le prestas atención le estás dando motivos para repetirlo?

Por otra parte, tampoco estoy de acuerdo con Marina en eso de que “…dos expertos coinciden con las conclusiones, será por algo ¿verdad? Esto nos confima que vamos en la dirección acertada”.
En esto de los niños, a poco que escarbes un poco te encontrarás con 500 expertos que irán en el sentido opuesto, y si sigues buscando te salen 724 que opinan todo lo contrario.

No estoy quitando la razón a nadie, ¿eh? Solo que no lo veo tan claro como parecéis verlo las demás. Sería interesante debatirlo un poco.

Reply
    Olga Marín - noviembre 5, 2012

    Muchísimas gracias por tu aportación, Conchi. Algunas preguntas y observaciones para ti, para seguir tirando del hilo.
    Si tu hija tiene un comportamiento inaceptable para ti, hay una necesidad que está intentando ser satisfecha, abrirse paso, por así decirlo, y la forma que tiene tu hija, tal vez torpe porque está en un proceso de maduración que le va a llevar unos años, es haciendo algo que a ti te parece inaceptable. Puedes estar segura de que si supiera hacerlo de otro modo, lo haría. Si la aislas, la rechazas. Tal vez no desde tu punto de vista adulto, pero del de ella sin duda. Si no estás segura, no tienes más que preguntárselo.
    ¿Cómo te sentirías tú si discutes con alguien muy querido para ti, o le ofendes de algún modo y esa persona te dice que te vayas adonde sea a pensar en lo que has hecho? Yo me sentiría, además de muy enfadada, también incomprendida y frustrada. ¿Y tú? Solo ponte unos momentos en esa situación a ver con qué conectas.
    Por otra parte, ¿cómo pueden fomentar los buenos tratos un mal comportamiento? Me cuesta imaginarlo, aunque me da la impresión de que lo que hay debajo de tu comentario, de forma consciente o inconsciente, es la creencia de que las relaciones son una lucha de poder en la que uno gana y el otro pierde. Y si las relaciones adultas son así, la relación con los hijos no es una excepción. Más bien es aquí donde más podemos recrear esa creencia tan tóxica, pues si queremos tenemos mucho poder sobre nuestros hijos, por razones obvias. Esta es una creencia tan absolutamente implantada en nuestra sociedad que ni siquiera somos conscientes de ella y, por lo tanto, ¿cómo vamos a cuestionarla? Si de verdad pensásemos y viviésemos la relación con nuestros hijos de forma democrática, este artículo que escribí ni siquiera sería necesario.
    Creo que la idea principal a retener es la que he comentado al principio. ¿Qué está necesitando mi hija en estos momentos? ¿Qué me quiere decir con su comportamiento?
    En el artículo de mañana ofrezco algunas alternativas, y te invito a que las pruebes y comentes a posteriori.
    Espero haber respondido de algún modo a tus reflexiones, pero sigamos en contacto.
    Un cálido abrazo para ti.

    Reply
Marina - noviembre 2, 2012

Olga, ¡muchas gracias por compartir tu fuente! Me he leído el artículo de Peter Haiman y dice lo mismo que Aletha Solter ¿cómo puede ser? Bueno, por lo menos podemos ver como dos expertos coinciden con las conclusiones, será por algo ¿verdad? Esto nos confima que vamos en la dirección acertada. Gracias de nuevo por compartir y permitirme llegar a estas felices conclusiones, además de expandir mis conocimientos.

Reply
Marina - noviembre 2, 2012

Por cierto Olga, ¿podrías compartir las fuentes de tus artículos, es decir, en que autores, bibliografia te inspiras para redactarlos? Así podríamos ampliar conocimientos a los que nos interesa el tema. En este sigues a Aletha Solter ¿no? Este artículo me lo recuerda mucho: http://www.awareparenting.com/tiempofuera.htm

¡Muchas gracias!

Reply
    Olga Marín - noviembre 2, 2012

    Marina,
    No, no he seguido a Aletha Solter; no conocía el link. Me lo miro, muchas gracias. Para este artículo, me inspiró el trabajo de Peter Haiman.

    Reply
Isabel - noviembre 2, 2012

Hola a todas/os: me parece muy interesante todos los comentarios que he ido leyendo y sin duda, me hace reflexionar sobre si es o no la estrategia educativa más adecuada por muchas de las cosas que han aportado entre todas. En mi caso no lo uso casi nunca pero es verdad que en alguna ocasión tomar distancia de 3 minutos (mi hijo tiene 3 años) para coger aire es necesario aunque en mi caso no se obtienen muchos resultados. La parte emocional que mencionaban me parece la clave y la incondicionalidad por supuesto… voy aprendiendo cada día. ¡¡Gracias a todas!!

Reply
Marina - noviembre 1, 2012

Desde luego no hemos estado educados para amar incondicionalmente a nuestros hijos: les ponemos condiciones, aunque inconscientemente para todo: “hazme caso” “pórtate bien”, “se bueno”….Aun así, su estima hacia nosotros es del todo incondicional, sólo hace falta ver como nos quieren a pesar de todo. Por este motivo mi objetivo es intentar deshacerme de antiguas creencias sobre todo lo que deberían hacer nuestros hijos y aprender con ojos nuevos todo lo que me enseñan.¡ Es un viaje conjunto en el que aprendemos los unos de los otros!

Reply
Marina - octubre 31, 2012

Muy de acuerdo contigo Olga. Lo peor de todo esto es que mandar nuestros hijos a la silla de pensar es perpetuar el viejo “ojo por ojo “. Los asuntos no se resuelven con los castigos, “haciéndolos pagar” sino con la incondicionalidad: amando incondicionalmente y ofeciéndoles un torrente de amor, paz y comprensión. Tenemos que acabar con la vieja escuela del dolor e introducir a nuestros hijos a este nuevo mundo donde solo el AMOR es la única moneda de cambio válida. A mí me han inspirado mucho estas palabras : http://www.scottnoelle.com/parenting/unconditional.htm ¿ Lo conoces?

Reply
    Olga Marín - octubre 31, 2012

    Encantada de conocerte, Marina. Amar incondicionalmente; ¡desde luego que es un buen lugar al que dirigirse! ¿Tú crees que amamos a nuestros hijos incondicionalmente, o son ellos los que nos aman incondicionalmente a nosotros? Miraré el link que propones; muchas gracias por compartir.

    Reply
Elena - octubre 31, 2012

Hola!
Yo ni había oído hablar del rincón de pensar… Pero he hecho algo parecido con mi hija (más de dos años y medio) que ahora no sé si es malo: ella cuando se enfada le da por gritar y como yo entiendo que es la manera que ella tiene de desahogarse la dejo. Pero no le dejo chillar donde estamos (tengo un bebé de 1 año), la llevo al cuartito de enfrente y con la puerta abierta (nos ve perfectamente) le digo que chille lo que quiera y cuando esté bien que venga o me llame. Todo esto se lo digo dulcemente (con mis hijos tengo paciencia para aburrir 😉 )
Está bien? O soy tan mala como la supernanny?
Gracias!!!!

Reply
    Olga Marín - octubre 31, 2012

    Encantada de conocerte, Elena. A ver qué te contestan tus compañeras, y así creamos comunidad. Me reservo para la semana que viene, en la segunda parte, si te parece. Un fuerte abrazo y muchísimas gracias por compartir con nosotras.

    Reply
Mar Osuna - octubre 31, 2012

¡Hola! Estoy completamente de acuerdo con este post y con la propuesta que haces para la resolución de conflictos con los pequeños, pero añadiría sólo un pequeño matiz. Asumo que en el próximo post darás alternativas o soluciones y quizás me estoy adelantando, pero por si acaso…
Lo ideal es la comunicación con tu hijo sea de la edad que sea, porque efectivamente también si no sabe hablar aun podéis comunicaros, que duda cabe, pero precisamente por ello a veces este “rincón de pensar” (a mi el nombre me parece terrible, me da escalofríos), pero a veces en una situación de tensión emocional, no podemos comunicarnos adecuadamente, los nervios nos lo impiden y sí es positivo establecer una distancia y un tiempo para calmar los ánimos antes de sentarse a comunicarse sobre lo realmente importante. En este sentido apoyo esta técnica, podemos llamarla de otra forma..lo importante es que la comunicación con tu hij@ sea clara, efectiva y calmada…para ello no pasa nada si nos separamos un ratito cada uno a sus cosas o a su cuarto y cuando estemos calmados..hablamos.

El problema del RIncón de pensar es dejar que actúe por si mismo, otorgarle un poder especial que te salva de enfrentarte a esa comunicación que a veces podemos temer. Como solucionador de problemas no funciona, como preparador para la solución pienso que si….es mejor hablar cuando estamos calmados…

Eso era todo…de cualquier modo, me gusta lo que dices y me apunto¡

Reply
    Olga Marín - octubre 31, 2012

    Sí, la semana que viene aporto alternativas. De todos modos, estoy encantada de recibir tu valiosa aportación. ¡Bienvenida!

    Reply
Mireia - octubre 31, 2012

¡Se hizo famoso el rincón de pensar! Gracias, cómo no, a la televisión y a la supernanny, que disfrazaron el castigo a modo de, “es una manera de educarlo basada en el respeto, no hay violencia ni conflicto por en medio, el dispone de todo su tiempo para recapacitar…”.
Debo reconocer que he visto algún que otro capítulo de esta especie de Mary Poppins psicóloga y siempre me llamó la atención el rincón de pensar…porque yo no podía evitar preguntarme…¿Cómo puede un niño meditar lo que ha hecho si no hay nadie cerca que le explique, comparta, opine sobre lo que acaba de ocurrir? Especialmente para niños que no llegan ni a los 3 años!!¡ Si nosotros los adultos somos los primeros que en muchas ocasiones actuamos de tal manera que no somos ni consciente de ello, ni entendemos el porqué de nuestra reacción…y necesitamos ayuda para digerirlo, meditarlo, reflexionarlo!¿Cómo lo resuelve solo un niño?….Creo sinceramente que el rincón de pensar además de abandonar al niño en un momento crucial, le crea más angustia. Un conflicto “loco” entre lo que ha pasado, lo que debería haber hecho, lo que siente, de que manera lo siente…y él allí, sin nadie que le explique el porqué de todo aquello, y sentando en un rincón. Se deben ofrecer alternativas porque creo que la supernanny especilament con el rincón de pensar….(sin pretenderlo, supongo) ha hecho más daño que bien.

Reply
Eleycia - octubre 30, 2012

Me parece crucial esto de la incapacidad posterior de reconocer emociones, de aprender a negarlas y reprimirlas. ¡Cuantas veces me dijeron de pequeña que no podía llorar y estaba muy fea cuando me enfadaba! y qué trabajito me ha costado aceptarme entera y vera. Por eso estoy completamente de acuerdo en aceptar, acompañar y respetar las emociones de mi chiqui.
También pienso que supernany ha hecho y está haciendo mucho, muchísimo daño, porque es venerada como una diosa y todo el mundo se la cree por el mero hecho de salir en TV. ¡Qué difícil luchar contra sus soluciones “mágicas”!
Por si es de vuestro interés, escribí un post en mi blog sobre este mismo tema hace un tiempo. Os muestro el enlace. http://cuandollegolucas.blogspot.com.es/2012_07_01_archive.html

Genial, Olga. Gracias por esta sencilla y completa explicación.

Reply
Aitana - octubre 30, 2012

Conmigo usaron la sillita de pensar y el “vete para la habitación y llora bajito”, y la verdad es que antes de leer esto yo tenía pensado usar lo de la sillita de pensar porque lo vi en la Supernany, pero visto lo visto seguro que no. Me gusta mucho lo que hace Martamos. Me lo copio en la libreta.
Nos recomiendas algún libro, algún documental en el que poder ver cómo hacer.
Nadie dijo que ser madre fuera a ser fácil, pero esto se complica por momentos 😉

Reply
    Olga Marín - octubre 30, 2012

    La semana que viene sigo con el tema y os doy alternativas. Un abrazo.

    Reply
Martamos - octubre 30, 2012

¡Cuánto daño (a mi modo de ver) ha hecho esta supernanny, mi madriña!

Yo no uso el rincón de pensar, ni con la mayor (5) ni con el pequeño (3), y he tenido la suerte de que en el cole/guarde sus profes tampoco lo usan. En momentos de comportamientos que no nos gustan, les decimos cómo se llama eso que sienten, o intentamos que ellos nos lo digan, y, si se puede, hablamos. Pero muchas veces no se puede hablar así, con el cabreo encima. Así que nos quedamos juntos, bien en el colo, o al lado en el sofá, o abrazados en el suelo, y cuando las aguas se han calmado, volvemos a la conversación (y, si hay que estar enfadado, se sigue igual, me refiero a que es lo primero que les decimos “Yo estoy enfadada porque…” )

De momento, nos funciona. Las edades posteriores serán otra historia…

Gracias por el post, Olga!

Reply
    Olga Marín - octubre 30, 2012

    ¡Muchas gracias a ti por compartir tu experiencia con todas nosotras! Un abrazo.

    Reply
Dolors - octubre 30, 2012

Jo, la veritat, es que faig servir els racons de pensar per separar el meu fill gran de la meva filla mitjana quan es barallen. Es barallen sovint i quan es molt continu acabo enviant-los a cadascun a un racó perquè pensin, i després els junto i entre els tres en parlem. En general no es un recurs que faci servir molt, però tampoc pensava que fos tant perjudicial.

Reply
    Olga Marín - octubre 30, 2012

    (Traduzco al castellano para las lectoras de otros lugares)
    “Yo, la verdad, uso el rincón de pensar para separar a mi hijo mayor de mi hija mediana cuando se pelean. Se pelean a menudo y cuando es muy continuo acabo enviándolos a cada uno a un rincón para que piensen, y después los junto y entre los tres hablamos de ello. En general no es un recurso que use mucho, pero tampoco pensaba que fuera tan perjudicial”.

    Mi pregunta es: ¿cómo se sienten tus hijos cuando los envías al rincón de pensar? ¿Podrías usar otras alternativas? En todo caso, hablaré de todo ello la semana que viene. Muchísimas gracias por tu aportación.

    Reply
Ana Cadenas - octubre 30, 2012

Interesante. Sí que lo he usado con mi hijo mayor. Yo creo que lo usamos pq nosotros, los adultos, estamos enfadados también y necesitamos un poco de distancia… Y porque supernani así nos lo ha dicho… Si el adulto también está en un momento de ira, no hay diálogo, hay que dejar que la intensidad emocional baje, respirando profundamente y dejando pasar un ratito…

Reply
Leave a Reply: