¿Qué haces cuando tu hijo de 8 años pospone y pospone el momento de hacer los deberes, o cuando tu hija de 10 años te levanta la mano como si fuera a pegarte? Si te enfadas ante situaciones como estas o similares, te interesa el vídeo de hoy.

Voy a darte ideas para gestionar tanto tu enfado como el de tu hijo mayor (6-12 años), que es un enfado distinto al de los niños pequeños.​

Y, después de ver el vídeo, te invito a que me contestes a las dos preguntas que planteo hoy: ¿Te cuesta más gestionar tu enfado o el de tu hijo mayor? ¿Sabes cuáles son tus detonantes? Cuéntamelos.​

¡Nos vemos de vuelta de las vacaciones de verano, el martes 5 de septiembre.

¡Te deseo un feliz verano!

13 Comentarios

  • Ana dice:

    Sin duda mi enfado, mis detonantes principalmente son cuando me replica lo que estoy diciendo.Gracias por tu aportación Olga.

  • Mª Nieves dice:

    Hola Olga me ha encantado el video, muchas gracias, .

    Como a casi todas las mamás que he leído aquí, me cuesta enormemente gestionar mi enfado, el detonante suele ser la falta de atención por parte de mi hijo mayor de 6 años a lo que le digo, ( hasta le llevé al otorrino por si tenía problemas de oído), replicar siempre y tener la sensación de que se está burlando de mí, lo que lleva a que sea autoritaria, le grite y en ocasiones le dé un azote, cosa que odio, hace que me sienta frustrada, con lo cual , le pido perdón puesto que no hay coherencia con el hecho de que no se pega, en fin que la educación es muy difícil sobretodo cuando hay agotamiento y falta de espacio y tiempo para mí. Lucho cada día por superarme a mí misma, en ser buena madre. Un saludo, Olga.

    • Olga Marín dice:

      Mª Nieves,
      Desde luego que cuando hay agotamiento y falta de un espacio y un tiempo para cada una, las cosas se complican más y resulta difícil gestionar bien el enfado. También comentarte que los 6 años pueden ser una etapa bastante difícil para muchos niños.

  • Nur Banu dice:

    Mi enfado, sin duda.
    Al igual que casi todas las madres que leo por acá trato de estar pendiente, respirar, con mi compañero nos turnamos cuando uno está llegando al límite y el otro hace de refuerzo, tratamos de usar la risa en ocasiones tensas… pero hay días que no consigo hacer tantos esfuerzos, hay días que despertarse antes de hora te trastoca, que tres o cuatro conflictos salvados te lanzan de cabeza a un quinto explosivo e inevitable… y me doy cuenta que me convierto en un mounstruo. Hasta me cambia la voz y a veces me imagino -pero no lo hago- mordiendoles a mis hijas… como de rabia no se… A veces me da miedo no controlarme un día y llegar a hacerlo… Pero no, jamás podría.
    Luego, se pasa el huracán y, al igual que cuando ellas hacen rabietas, yo me siento fatal y tengo como la necesidad de decirles todo el rato que así no se hacen las cosas, que estoy cansada, que disculpen… y eso tampoco se si está bueno.
    Gracias por toda la información que compartes, no sabes cuanto nos ayuda!

  • Amaya dice:

    Gestionó mucho peor mi enfado que el de mi hijo de 4 años. Por lo general soy paciente y hablo mucho con él, porque suelo estar pendiente de estar tranquila, pero hay momentos en los que desconecto de esa atención, por falta de tiempo, porque algo me apremia en mi conciencia aunque no en la realidad, por la presencia de otras personas, porque hacía 5 minutos había estado hablando de ese tema con él cuarto de hora…
    Es como que pierdo el control de mis actos, no soy yo la que actúa y me sale ese comportamiento aprendido a fuego que tanto odio, autoritarismo, grito, lo que no hago es pegar, aunque a mí sí me pegaban, hablo de palizas no de un bofetón, eso al menos lo controlo.
    Agradezco mucho tus vídeos, son pequeñas guías de ayuda en este maravilloso mundo de ser mamá.
    Gracias

  • MARIA EMILIA dice:

    Hola Olga!!
    Sin duda me cuesta mucho más controlar mi enfado que el de ellas (tengo gemelas)…. me he observado mucho gracias a la ayuda de los vídeos del curso de rabietas que hice contigo y si yo estoy tranquila, paciente, abierta a ellas, …..siento más facilidad de llegar a ellas, de hablarles, de escucharles, de conectar,….que si yo estoy enfadada que descargo sobre ellas mi ira con lo que la situación lejos de arreglarse, aumenta más de intensidad…..
    Un detonante que tengo es cuando se enfadan entras ellas se gritan a la cara y la que ha sido gritada llora desconsoladamente ya que se asusta ante tal grito…..
    He intentado todo tipo de conductas pero no cambia, la he apartado del juego, diciendo que si grita y asusta no podrá jugar, le he intentado tranquilizar, lo que supone que me grite a mí a la cara, con lo que pongo aún más encendida, que le grite a un cojín, también he probado una alternativa y es gritar en silencio, hacemos juntas el gesto de gritar pero sin sonido,……parece que esto último está funcionando algo pero es a posteriori, cuando el grito ya se ha producido, no sé bien qué hacer para evitar el grito ya que soy consciente de que mi objetivo es que no grite y con ello igual le reprimo el sentimiento de ira que ella misma tiene, estoy hecha un lío…

    Muchas gracias por tu ayuda

    Un abrazo
    M.Emilia

    • Olga Marín dice:

      María Emilia,
      Pues probar otras cosas, no me dices la edad de tus hijas, pero si eres ex-alumna del curso de rabietas (según la opción que escogieras) puedes recordar el uso de los mensajes-yo: Por ejemplo: «cuando oigo que gritas me siento … porque… y quiero que…»
      Luego es importante recordar que si tú gritas en otras ocasiones, ellas recurrirán al grito también. (No sé si es este tu caso). Entonces, hay que esforzarse por dejar de gritar, porque de lo contrario no hay coherencia.
      También comentarte que hay que ir poniendo la norma y recordándola repetidamente: «En esta casa no gritamos. Dile a tu hermana cómo te sientes en voz más bajita, por favor.»

  • Aymé dice:

    Hola, mi hija tiene 6 años, no tiene hermanos y su padre y yo intentamos buscar siempre vias que nos ayude a superar cada momento de su desarrollo, que pasa por muchas etapas, algunas de rebeldía, otras de madurez.

    Me cuesta más gestionar mi propio enfado, pero cuando logro controlarlo noto que me cuesta mucho menos gestionar el de mi hija, hayar un punto de encuentro en que las dos ganemos o pasemos sobre el problema con mas opciones.
    Me cuestiono regularmente sobre lo que me hace perder la paciencia y me gustaría poder manejarlo mejor, a veces lo logro, a veces no.

    Mi detonante es cuando yo le hablo y hace como si nadie dijera una palabra, cuando hace caso omiso de que su padre o yo le estamos hablando, pocas veces ordenando, pero muchas veces simplemente preguntando algo o pidiéndole hacer algo. A veces me doy cuenta que parece esperar a que estallemos, tranquilamente, pasando de nosotros hasta que alcancemos el límite. Nos conoce, o nos prueba cada vez.

    Otro detonante es la mentira abierta, cuando sabe que sabemos que es mentira lo que nos dice y aun así insiste.

    Hablando con su padre acordamos que nos pone a prueba, nos reta constantemente y también se ha dado cuenta que no pasaremos del enfado, no solemos castigar, y si alguna vez lo hemos hecho tampoco ha dado resultado. Cuando hemos llegado a un castigo es porque ella ya se lo esperaba, creo que ella misma nos empuja hasta ese límite, lo espera y lo ha hecho adrede.

    Pensando en todo esto logro gestionar mi enfado en muchas ocaciones, mi paciencia se alarga, mi cabeza busca salidas pacíficas mientras ella juega sus cartas. Pero el resultado depende del momento del día, de nuestros estados de ánimo (el de ella y el nuestro) y del tiempo que tengamos. ¿Típico, verdad?

    • Olga Marín dice:

      Aymé,
      Ya me parece que lo estás haciendo muy bien, sigue en esa línea. Claro, depende del día, de tu estado de ánimo, de tus circunstancias personales, de mucas otras variables, podrás encarar el enfado de tu hija de una forma u otra.
      Un abrazo!

  • Maria dice:

    Hola Olga, me ha encantado que escribas sobre este tema porque me veo reflejada, cuando a mi hijo le mando algo que en ese momento no le apetece hacer o no le dejo hacer algo que a él le apetecía entonces vienen los problemas, él ya se busca la manera para enfadarme, me reta haciendo tonterías y con llamadas de atención continuamente, y lo que intento es no hacerle caso, pero él ya busca la manera para que yo explote, chilla, o si estoy haciendo alguna cosa hace lo posible para entorpecerme, y es que no ha habido ni una sola vez que haya podido gestionar tanto su enfado como el mío. Y cuando yo exploto es cuando al final él se tranquiliza y va a hacer sus cosas.
    Es que ya no sé que hacer, es horrible,

    Muchas gracias Olga

Responder

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies