¿Eres consciente de que etiquetas a tus hijos? Todas lo hacemos.
El otro día, una madre me decía que uno de sus hijos duerme muy poco y es un niño "difícil", mientras que el otro duerme muy bien y es un "regalo".
Estas descripciones positivas y negativas pueden influir en cómo responden los miembros de la familia a cada niño y en la clase de persona en que ese niño se convierte.
Es lo que llamamos profecía autocumplidora. Es decir, si reiteradamente me dicen que soy una vaga/pesada/charlatana/buena/responsable, acabaré comportándome como tal.
Además, las etiquetas crean malestar entre los hermanos, ya que los niños que se sienten poco valiosos tienen más tendencia a rivalizar con sus hermanos y a sentir hostilidad y resentimiento.
Piensa por un momento en tu infancia. ¿Te etiquetaron de "divertida", "buena", "responsable", "payasa", enfadona", por poner solo unos ejemplos? ¿Cómo te sentiste con la etiqueta que te pusieron? ¿Ayudó a que desarrollaras todo tu potencial, o lo frenó? ¿Que etiquetas les pusieron a tus hermanos?
Las etiquetas que pones a tus hijos pueden llegar a tener un efecto muy negativo en la autoestima del niño y en la relación que establece con sus hermanos.
Ni siquiera las etiquetas positivas tienen consecuencias positivas.
Un niño al que repetidamente se le dice que es un "buen niño" o un "niño responsable" puede crecer pensando que tu amor es condicional a que se comporte de tal modo, lo cual limita seriamente su libertad y la necesidad de divertirse como niño. Un niño al que se le dice repetidamente que es "listo" puede crecer temiendo el fracaso y la decepción de sus padres, y así evite riesgos.
Incluso las etiquetas positivas para describir la relación entre tus hijos, como "Siempre se llevan muy bien" o "Se entienden a la perfección" resultan limitantes.
Otra de las cosas más dañinas para la autoestima del niño es la comparación. Decirle a uno de tus hijos:
¿Por qué no puedes ser más como fulanito? Si menganito puede hacerlo, ¿por qué tú no puedes?
El niño interpreta estos comentarios como crítica o rechazo. Lo que un niño necesita oír es: Te quiero tal como eres.
Aparte de ser muy dañinas para el sentido del niño de su propia valía, y por ende de su autoestima, las comparaciones crean resentimiento y competencia entre los hermanos.
Esta es tan solo una de las claves para ayudar a tus hijos a tener una buena relación de hermanos. Además de evitar etiquetas y comparaciones, también es importante enseñarles empatía, comunicación asertiva y habilidades para gestionar sus peleas, algo que puedes aprender a hacer en el curso online curso online Celos y rivalidad entre hermanos
Ahora, como siempre, te invito a que comentes abajo. ¿Te has fijado si etiquetas a tus hijos? ¿Qué etiquetas te pusieron a ti de niña y cómo limitaron tu potencial?
¡Un abrazo y hasta la próxima!

Hola Olga
Sí, muchas veces etiqueto a mis hijos para que se sientan bien y fomentar su autoestima. » Qué bien lo haces», «Qué buena eres» y sin embargo no está bien hecho pues como dices, los estamos limitando. Es muy difícil no recurrir a este tipo de halagos. Sin embargo, tengo muy presente en evitar decirle que son malos, sin embargo sí les digo que se han portado mal o que tal cosa no se hace…
Gracias a tus vídeos estoy aprendiendo mucho.
Un saludo