Ser mamá es siempre un trabajo muy exigente, tanto si tu hijo es pequeño y depende de ti como durante la adolescencia. Tu experiencia de ser madre seguramente no tenga mucho que ver con la de tus amigas, familiares o compañeras de trabajo. Porque esa experiencia depende de muchos factores.
- Tu personalidad
- Si tienes el apoyo de una pareja, familia y amigos
- Si además de ser mamá tienes/quieres trabajar fuera de casa
- Tu estabilidad económica
- Si estás atravesando momentos difíciles (como una separación, o un duelo)
- Y también y, sobre todo, de las experiencias que tuviste en tu infancia y cómo las resolviste
SENTIMIENTOS
La naturaleza de los sentimientos es transitoria, es decir, que van y vienen. También varían en intensidad. Es importante que estés en contacto con tus sentimientos y reconozcas cuando estás empezando a sentirte sobrepasada, porque tu hijo tiene antenas emocionales que captan cómo te sientes, y tu bienestar emocional afecta tanto a su comportamiento como a tu capacidad de hacer de madre. Si descuidas tus necesidades, si te desconectas de ellas, te resultará más difícil estar emocionalmente disponible para tu hijo.
A veces quizá te asalten sentimientos difíciles: el resentimiento, el enfado, el aburrimiento, la culpa… Para una mamá puede resultar bastante doloroso reconocer esos sentimientos, pero es importante darles cabida y cuidar de ti misma para poder luego disfrutar de los aspectos positivos de ser madre.
Cuando te conviertes en madre algunas de las cosas que dices o haces te pueden recordar a la manera en que tus padres te respondieron cuando eras pequeña. Algunas pueden ser positivas, pero muchas veces también repites patrones más destructivos. Por ejemplo, si tu madre te gritaba mucho o perdía la paciencia con rapidez, puede que tú también la pierdas más rápido de lo que te gustaría. Cuidado, recordemos que la madre diez no existe (¡de ahí el título de mi curso online Mamá Casi Diez!); todas cometemos y seguiremos cometiendo errores.
Tus experiencias y necesidades cambiarán con el tiempo dependiendo de la edad y la etapa evolutiva de tu hijo. Por ejemplo, cuidar de un bebé es muy diferente a educar a un adolescente. Aunque el nacimiento de un bebé puede ser una época excitante y alegre, también puede dejarte exhausta, ansiosa y deprimida. Debes buscar mucho apoyo para poder responder a las necesidades de tu bebé en esa difícil etapa.
Durante cada etapa de la vida de tu hijo, sentirás emociones diferentes según como fuera esa etapa en tu propia infancia. El cambio y el desarrollo son emocionantes, pero también pueden implicar sentimientos de pérdida. Por ejemplo, el primer día de colegio de tu hijo puede ser tan duro para él como para ti, pues los dos tendréis que gestionar sentimientos dolorosos asociados con la separación. Y cuando tu hijo crezca, y se vaya haciendo cada vez más autónomo, puede que te sientas contenta ante la idea de disponer de más tiempo para ti, pero tal vez también sientas ansiedad ante la idea de tener que llenar tu tiempo con algo. Puede que te sientas triste porque termina un periodo intenso de actividad como mamá. Cualquiera de esos sentimientos está bien; no los juzgues nunca.
SEÑALES QUE INDICAN QUE TE ESTÁS OLVIDANDO DE TI
- Agotamiento físico
- Sentimientos depresivos (tristeza, apatía)
- Más enfado del habitual en ti
- Dificultades para dormir
- Cambios bruscos de humor
- Sentimientos de pánico
- Dificultad en concentrarte
- Dificultad en tomar decisiones
- Pérdida de interés en la vida
- Evitar a otras personas
- Pensamientos negativos
- Pensamientos suicidas
- No comer o comer demasiado
- Fumar o beber más de lo habitual en ti
Si una o varias de estas señales se prolongan más allá de unas tres semanas, empieza a priorizar tu necesidad de bienestar.
7 IDEAS PARA CUIDARTE
Del mismo modo que debes cuidar tu salud física, también es imprescindible que cuides tu bienestar emocional para disfrutar de la vida y afrontar los retos que vas a ir encontrando en tu camino. Es importante que cuides de ti misma de forma regular; no esperes hasta sentirte exhausta. Si tomas más conciencia de cómo te sientes y de lo que necesitas, podrás hacer los cambios necesarios antes de llegar a un punto de saturación.
Aquí tienes algunas ideas que te pueden ayudar:
Una dieta equilibrada. Está demostrado que la comida tiene un efecto directo sobre el humor. Por ejemplo, ¿sabías que el alcohol es un depresor y que el café, el té y el azúcar pueden ponerte tensa y hacerte sentir agotada una vez que sus efectos estimulantes han desaparecido? Prueba a disminuir el consumo de estos alimentos.
Ejercicio. Nos ayuda a liberar tensión y a estar en forma física. Si tienes poco tiempo, (¡y como mamá seguro que tienes poco o casi nada!) puedes intentar dar un paseo para respirar aire fresco.
Intenta hacer algún tipo de ejercicio que te guste para tener más oportunidades de incorporarlo a tu vida como una rutina más. No sirve que te apuntes mil veces al gimnasio y luego no vayas nunca porque detestas las máquinas o nadar en la piscina te da pereza. Seguro que si buscas, encuentras alguna forma de ejercicio que te atraiga. Yoga, Pilates, correr… ¡Hazlo con alguna amiga para motivaros mutuamente!
Expresa tus sentimientos. Guardártelos para ti puede llegar a ser muy estresante e insano, y además puedes psicosomatizar con dolores de cabeza o problemas digestivos (suelen ser los síntomas más comunes entre las mujeres). Además, las personas que te rodean, por ejemplo tu pareja, no sabrán cómo te sientes si no lo exteriorizas. Olvídate de la falacia de que “si me quisiera, tendría que saber cómo me siento”. A esto lo llamamos “pensamiento mágico”, y son de lo más dañino. Nadie tiene la bola de la bruja Avería para saber cómo te sientes.
Habla de tus cosas. Con una amiga, un familiar o un profesional que te aporte una visión objetiva de tu situación. Es importante que no te sientas aislada, y que sepas que siempre tendrás a alguien que te prestará su oreja amiga.
Duerme las horas que necesites. Cuando tienes un bebé esto puede llegar a ser bastante complicado, por no decir casi imposible, pero busca apoyo para descansar cuando tu bebé descanse y que alguien se ocupe de la casa, por ejemplo. No te sientas culpable si tu casa no está como los chorros del oro; tu salud es prioridad absoluta en estos momentos.
Dedica tiempo a tus intereses. ¿Qué te gustaba hacer antes de tener hijos? ¿Puedes volver a hacerlo, aunque sea de forma más esporádica? Ir al cine, quedar con una amiga, salir de paseo… Si son actividades que puedes hacer en familia, intenta encontrar el tiempo para acomodarlas y hacerlas todos juntos.
Pasa un tiempo sin tus hijos. Si crees que lo necesitas, intenta crear un espacio y un tiempo para ti, aunque sea de forma ocasional. Respétate por necesitar ese tiempo a solas.
Y tú, ¿qué haces para cuidarte? ¿Estás encontrando dificultades para hacerlo? Comparte con nosotras tus ideas, por favor. Tus aportaciones nos enriquecen a todas.

Leyendo este post se me ha hecho un nudo en la garganta… ahora mismo me encuentro en este estado de agotamiento. Discuto con mi pareja todo el rato, estoy agresiva, me enfado con facilidad con mi hija, me estresa todo, me agobia todo, me exijo demasiado, etc. Me pongo a llorar de un momento para el otro. Nada me hace feliz. Estoy desmotivada. Deprimida, aburrida. A veces quisiera salir corriendo y olvidarme de todo. Me siento culpable, porque se supone que no deberías de sentir esto cuando eres madre. Ayer pensaba que necesito desconectar, e intentaré aplicar alguno de tus consejos. Me ha hecho bien este artículo porque has puesto palabras a todos estos sentimientos que me estaban asfixiando. Muchas gracias!
Carmen, no se supone que “deberías” sentir nada; sientes lo que sientes en este momento y si puedes ser amable contigo misma a la vez que compasiva, lo que ahora es grande se hará más pequeño. No es luchando contra los sentimientos desagradables que estos desaparecen, sino aceptándolos. Desde la aceptación serena todo cambia. Empieza con cosas pequeñas, pasito a pasito. Un cálido abrazo.
Mi “seguro de vida” es ir una vez por semana a la piscina, los domingos por la mañana. El principal escollo que tuve que superar fue…yo misma. Entender que puedo ausentarme una hora y media a la semana de casa sin que se acabe el mundo y aceptar la ayuda del padre sin sobreestimarme. ¡Adios dolores de espalda y rencores! las cosas a veces son más sencillas de hacer que de pensar.
Suerte a todas.
¡Gracias por tu preciosa aportación!
¡¡Mi madriña!! Excepto los pensamientos suicidas y otras tres o cuatro señales que aparecen en esa lista, ¡el resto las cumplo!
Qué desastre, y yo que pensaba que era por el tema del otoño, y todas esas cosas…
Me hace gracia leerte, porque cuando nació mi primera hija, mi super-madre vino a pasar un mes a casa (nos separan muchos kilómetros). El día que se marchaba de nuevo a su casa, en la puerta y con la maleta en la mano, me cogió la cara con las dos manos y me dio un consejo que siempre recordaré, aunque no consiga seguirlo: “Hija mía, no te abandones. Eres la base de todo esto”.
Y aquí estoy, abandonada. Con sueño, con las primeras molestias de los catarros, los cambios de humor y todo eso… Pero feliz, al menos.
Ay, las madres, pueden ser terribles y también dar en el clavo… Un fuerte abrazo.
Pues para empezar, hoy he dejado a mi bebé de 4 meses con mi madre y me he ido a nadar, cosa que no hacía desde hace más de medio año mínimo! He decidido acabar con esta vida sedentaria que llevo y empezar a la vez una dieta mínimamente equilibrada para quitarme de encima esos kilos de más fruto del embarazo!! Y lo próximo, pero que se me hace más cuesta arriba, reemprender mi trabajo como diseñadora autónoma; poner en marcha otra vez mi marca y todo lo que eso conlleva…. Ahí es cuando me agobio y se me viene el mundo encima, lo veo complicadísimo!! :_(
Muchas gracias por esta fantástica web!!
¡Muchas gracias a ti por tu apoyo y tu aportación!
Hola!! voy a ser mamá por primera vez dentro de un mes (qué nervios y qué ilusión!!), y lo que comentas en el post es una de las cosas que más miedo y respeto me da, para cuando mi bebé esté aquí: no ser capaz de llevarlo bien, de cuidar de mí misma, de mi relación con mi chico, de mis relaciones sociales… supongo que estos miedos son normales, espero poder llevarlo bien ya que me siento valiente y con energía, siempre he sido muy positiva y, sobretodo, mi chico es muy comprensivo y formamos un gran equipo. Pero esa cosilla, esos nervios, están ahí.
Gracias por tu web, te seguiré de cerca!! :)
Ese es uno de mis mayores miedos cuando me convierta en mamá… será dentro de un mes. Me da respeto no ser capaz de llevarlo bien, con entereza, de cuidarme, de cuidar mi relación con mi chico, mis relaciones sociales… Por suerte soy una persona positiva y, sobretodo, formo un buen equipo con mi chico, es comprensivo y positivo. Espero que esto siga así y encuentre la manera de llevarlo bien, de estar bien conmigo misma, que es difícil a veces…
¡Hola! vengo de parte de tu hermana.
Ahora mismo no puedo leer todo lo que has escrito, pero en breve me pondré al día y comentaré.
Además intentaré ahorrar para hacer el curso Mamá Casi Diez.
Gracias a ti y a tu hermana por todo lo que nos ayudáis.
¡Muchas gracias por tu amable comentario, estoy deseando leer tus aportaciones!
Un fuerte abrazo.
Hola Olga! Acabo de descubrir tu web por tu hermana, ya que estoy subscrita a sus notificaciones. Yo, por ahora no soy madre, pero me considero madre de muchos niños a los que he cuidado, cuido y trato. Llevo años trabajando con niños a través de la expresión corporal, la danza y el teatro, y he aprendido, que en ese espacio creativo hay una fuente importante de educación por mi parte. Seguiré tu blog porque me interesa estar cerca de las madres, de sus miedos, de sus pensamientos…de todo aquello que les ocurra por su cuerpo y por su alma…porque en definitiva son un puente directo con sus hijos. Ahora estoy embarcada en un nuevo proyecto. Estoy formándome e investigando para realizar talleres de movimiento y música para bebés y sus mamás, y por esta razón quiero profundizar en este mundo. Te felicito. Un saludo, y hasta pronto!
Mireia
Hola Mireia, encantada de conocerte! Muchísimas gracias por tu interés. Qué maravilla que aunque no seas mamá te impliques tanto en el mundo infantil para acompañar a los niños y sus mamás como profesional. Por favor, tenme al corriente de tu nuevo proyecto, me parece extraordinario.
Un abrazo.