
Cuida tus expectativas
Hoy te propongo un ejercicio cortito para que conectes con las clase de expectativas que generas en ti y en tus relaciones, y veas si son o no realistas.
Escribe una lista de tus expectativas en cuanto a sentimientos, reacciones, pensamientos, habilidades,comportamientos, papeles sociales (mujer, esposa, amiga, trabajadora., hija…).
Ejemplo: Debería ser paciente, tenerlo todo controlado, ser fuerte, organizada, amable, generosa, valiente.
Escribe otra lista de las expectativas que pones en las personas importantes de tu vida. Probablemente descubras que lo que esperas de ti misma es lo que también esperas de los demás.
Ahora, haz otra lista de 5 cosas que te enfadan. Empieza cada frase así: Siempre me enfado cuando…
Ejemplos: Siempre me enfado cuando no ocurre lo que yo quiero. Siempre me enfado cuando alguien no aprecia los esfuerzos que hago.
Ahora, piensa en qué expectativa se esconde detrás de cada una de las frases que has escrito en el paso anterior.
En mi ejemplo, las expectativas serían:
Siempre me enfado cuando no ocurre lo que yo quiero. Expectativa= Espero que ni la vida ni la gente me decepcione. Si quiero algo, debería ocurrir.
Siempre me enfado cuando alguien no aprecia los esfuerzos que hago. Expectativa= Los demás deberían apreciar lo que hago y agradecérmelo.
Detrás de cada enfado, hay una expectativa no satisfecha.
Ahora, revisa la lista de cosas que te enfadan y decide cuál de ellas quieres soltar. Si no quieres soltar ninguna, pregúntate por qué. Empieza con una fácil. Elige soltar esa expectativa de forma consciente para que deje de controlar tu vida.
Lo que te molesta tanto no son los demás y la vida, sino lo que esperas de los demás y de la vida.
Obviamente, no se trata de no tener ninguna expectativa, sino de tener la clase de expectativa que no te daña.
Las expectativas que dañan son las que vives como necesidades o demandas. en lugar de como preferencias.
Por ejemplo. Yo digo: Necesito hablar contigo. ¿Qué pasa si el otro no quiere, o no lo necesita? Tu expectativa te creará dolor. Quiero/Me gustaría hablar contigo. ¿Qué pasa si el otro no quiere, o no lo necesita? Te irás a hablar con quien quiera escucharte. Esta expectativa no te daña.
Y ahora, ¿tienes alguna duda o pregunta sobre las expectativas? ¿Qué dificultades has descubierto después de hacer el ejercicio que te están generando tus expectativas? Te espero en los comentarios de abajo.
¡Un abrazo y hasta la próxima!