«Mama, ¿te vas a morir?» Es una pregunta que últimamente me está haciendo mi hijo de 3 años. «Sí, cuando sea muy, muy, muy, muy, vieja».  La muerte preocupa a los niños desde edades muy tempranas.

Muchas mamás evitan hablar de la muerte con sus hijos. Creo que gran parte del problema radica, por una parte, en el miedo y la incertidumbre que como adultos nos provoca también la muerte y, por otra, en la creencia errónea de que tenemos que proteger a nuestros hijos del dolor y la tristeza, de la angustia. En realidad, ese querer proteger no es más que un desproteger. Tómate las preguntas de tu hijo sobre la muerte muy en serio. Tienes que darle las herramientas necesarias para que afronte con éxito la muerte que, tarde o temprano, aparecerá en su vida. Hoy te explico cómo puedes hacerlo.

Niños de 2-5 años

Para los niños de estas edades la muerte es un estado temporal, y el muerto sigue realizando todas sus funciones vitales; es como si estuviera dormido. Por lo tanto, al hablar de la muerte con un niño de estas edades debes usar un lenguaje muy sencillo y directo, o se confundirá: nada de metáforas raras sobre una persona que se ha convertido en una estrella. Debes basarte en la realidad, porque a estas edades los niños se toman todo lo que decimos al pie de la letra.

¿Cómo le explicas qué es la muerte? Diciéndole que el cuerpo deja de funcionar, que no puede respirar ni comer ni nada de nada. Que no volverá a despertarse jamás. Esto debe quedarle claro.

Dile que las personas mueren cuando son muy, muy, muy, viejas o cuando están muy, muy, muy enfermas. Es importante que repitas muchos «muy» porque, de lo contrario, puede pensar que tú te vas a morir ya porque eres muy mayor. (¡Tú no te ves mayor, pero para tu hijo eres anciana!).

Niños de 6-9 años

El gran cambio en esta etapa es que tu hijo ya entiende que la muerte es definitiva. Sabe que la persona que muere no volverá nunca más, aunque esto no significa que pueda afrontarla. Si muere un familiar, explícale de forma sincera cuál ha sido la causa de la muerte. A estas edades quieren y necesitan saberlo.

Estate alerta a sus miedos y preocupaciones y dales respuesta abierta y sincera, y siéntete libre de responder «no sé» a las preguntas para las que no tengas respuesta.

Niños de 10-12 años

Los niños a estas edades ya entienden el significado de los rituales, entienden también el impacto de la pérdida en ellos y en su familia. Les importa mucho saber qué pasará después de que la persona muera, adónde irá. Se hacen preguntas sobre el más allá. Entienden perfectamente que ellos también pueden morir, y esto les genera angustia y muchas preguntas.

Mi experiencia profesional en estas edades es que cuanto más hables de la muerte, de los rituales, de todos los aspectos que rodean la muerte, menos ansiedad y angustia va presentando el niño. Es una preocupación muy frecuente en esta etapa del desarrollo y con la que trabajo a menudo.

Adolescentes

Comprenden la muerte igual que el adulto, pero está muy alejada de todo lo que les importa en este momento de sus vidas, donde todo va a empezar. Por ello les resulta tan difícil aceptarla.

Igual que en la etapa anterior, son muy conscientes de su propia mortalidad, pero luchan contra esa idea. De nuevo, habla con él de forma sincera, responde con honestidad a sus preguntas y, si se ha producido una muerte en el entorno familiar, explica de qué forma le afectará.

Preguntas frecuentes

  1. ¿Qué es la muerte? Puedes decirle que la muerte es la parada total del cuerpo. Que cuando alguien se muere deja de andar, pensar o dormir para siempre, y que, por lo tanto, no sufre ni siente.También es importante que el niño sepa que morir no duele. Es algo que puede generar angustia.
  2. ¿Por qué se muere la gente? Kroen sugiere responder que todo lo que nace debe morir para que otros seres puedan nacer también.
  3. ¿Adónde se va cuando uno muere? Hay que responder con sinceridad y decir que no lo sabes, pero que algunas personas creen que pasas a una forma de vida diferente, etc, y le puedes ir explicando las diferentes creencias según las distintas tradiciones, de modo que él pueda ir llegando a su propia conclusión algún día.

*Este post está basado en el libro Cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida de un ser querido, de William C. Koen, manual de referencia para mí y que os recomiendo de todas, todas. En el próximo artículo, hablaré sobre la manera de ayudar a tu hijo a afrontar el duelo por la muerte de un ser querido.

Si quieres tener acceso a una lista de cuentos para hablar de la muerte con tus hijos que he confeccionado para ti, así como una sorpresa adicional relacionada, suscríbete a Mamá Om y te lo enviaré. Es un regalo solo para las lectoras suscritas.

Ahora, cuéntame tu experiencia personal. ¿Hablas con tus hijos de la muerte o evitas el tema? ¿Qué les cuentas? ¿Tienes preguntas o dudas? Te espero en los comentarios.

Un cálido abrazo y hasta la próxima.

i_firma_olga.png

20 Comentarios

  • Olga dice:

    Hola!! Muy interesante el post. Mi hijo de tres años y medio acaba de empezar a preguntar por la muerte pero sin motivo aparente, surgió de repente mientras estábamos jugando. El caso es que yo contesté más o menos como indicas arriba, pero se está obsesionando un montón. Con que muramos nosotros y con que él mismo muera. Y el pobre llora sólo de pensarlo. ¿Algún consejo?

    • Romina dice:

      Hola! Me acaba de pasar con mi hija. La encontré llorando en su cama. Y me dijo que no quería que yo y su padre nos hagamos viejos y muramos. Estaba angustiada. No hice más que abrazarla y decirle que siempre iba a estar para cuidarla. Es lo que me salió. Saludos.

  • Irene dice:

    Yo intento hablarle a mis hijos (5 y 6 años recién cumplidos) de la muerte de forma natural.
    Al principio era el mayor el que me preguntaba con frecuencia si nosotros (su padre y yo) nos íbamos a morir…y después se despertaba por la noche con pesadillas, soñando que se moría su abuelo «de lejos», porque vive a 8 h de viaje en coche de nosotros…se despertaba sudando, angustiado y yo intentaba calmarlo, diciéndole que el abuelo estaba bien, que no le había pasado nada, que hablaríamos con él por la mañana y se calmaba…pero por el día le explicaba con tranquilidad que el abuelo se moriría un día, igual que todos nosotros, porque somos seres vivos y acabamos muriendo, pero que al estar muertos no nos duele nada y que eso no significa que dejemos de quererlos…que tenemos un montón de recuerdos preciosos y divertidos.
    Ahora es el pequeño el que insiste en que no me tengo que morir jamás y le explico que sí pasará, pero que espero que sea cuando él ya sea muy mayor y yo muy viejecita…

    Me gustan mucho tus explicaciones.

    Gracias Olga.

  • Manuela dice:

    Mi hijo no para de preguntarme si se va a morir por beber en botellas de agua ajenas o por tocar la comida del perro y muchos más casos, le explico que no y vuelve a preguntarmelo una y otra vez , q puedo hacer?

    • Olga Marín dice:

      Alguien ha debido de decirle que eso podría ocurrirle. ¿Quizás algún abuelo? Le dices que las personas se mueren cuando son muy muy muy viejas o cuando están muy muy muy enfermas.

  • Iciar Editora de Cosasquesemerecenun10 dice:

    Mi hijo ha empezado a hablar de la muerte… Creo que he usado metáforas raras como tu las llamas , tipo » están en el cielo»…Y creo que se ha hecho un lío :-). He tratado de » arreglarlo» diciendo que no se exactamente a donde van pero que están en algún otro sitio… ( al menos yo creo que en algún sitio están.. )..En fin… En otras culturas la muerte no tiene ese lado tragico y desgarrador que tiene en la nuestra. Me gustaría que mi hijo aceptara la muerte con cierta » naturalidad» entendiendo que la muerte es parte de la vida. Para mi hasta hace poco fue siempre tabu, dramatico, tetrico… Me gustaría que no lo fuera para el.

  • Mireia Nieto dice:

    Buenas recomendaciones.
    Antes de ayer leía en un manual que para ayudar a los niños a superar el duelo tienen que seguir con su rutina y los fines de semana hacer muchas actividades. Me molestó que a los niños no les dieran la posibilidad como a los adultos de tener un tiempo de reflexión. Si la propuesta es tapar el dolor de los pequeños haciendo que el niño esté ocupado no me parece buena idea.
    Y otra cosa, no sé si lo tienes en tu lista de cuentos: ¿Dónde está el abuelo? Hice hace poco una reseña: http://tataranietos.com/2014/01/17/donde-esta-el-abuelo/
    Saludos!

  • Ana dice:

    Hace unos meses nuestro vecino murió. Era muy mayor pero enfermo no estaba. En cualquier caso, aunque no tenemos mucha relación, el era siempre muy simpático y cariñoso con mi hijo de 3 años. Antes o después tenía que decirle que había muerto. Estuve dándole vueltas al cómo y cuándo, y así en la primera ocasión en que salió el hombre a colación le dije que ya no vivía en casa porque había muerto. Por qué, se puso muy muy malito y ya no pudieron curarle los médicos. Y me preguntó, entre otras muchas cosas mas, que dónde estaba ahora, le dije que en una caja especial en el cementerio. No se lo que él se imaginará, al cementerio nunca ha ido, pero parece que le pareció aceptable y «lógico».
    Ahora que mi abuela, muy mayor, está enferma me pregunto si cuando llegue el momento sería el caso de llevarlo al entierro. O es quizá demasiado pequeño?
    Gracias

    • Olga Marín dice:

      Primero tendrías que hablarle un poco de lo que significan los entierros, antes de enfrentarle a ellos. Creo que lo más importante en este caso sería que pudiese despedirse de ella si tiene mucha relación. Pero tienes que hablarle antes de la muerte.

  • Nuria dice:

    Gracias Olga por el post.
    Realmente muy buena información… esencial.
    Cuando yo tenía dos años murió mi padre de accidente de tráfico y, aunque yo no lo recuerdo mis hermanos sí dicen que cada uno que pasaba por casa nos contaba una versión diferente de lo que le había pasado. Solo nuestra madre nos dijo que se había muerto y que no iba a volver. Otros lo mandaron a hacer un viaje muy muy muy largo y por conveniencia esa fue la opción que yo decidí creerme. Solo me di cuenta de ello cuando, con 15 años murió mi abuelo y acompañando a mi abuela mientras ordenaba cosas me mostró la esquela de mi padre. Tenía 15 años y sabía que mi padre había muerto pero, de alguna forma vivía con la esperanza de que volviese de ese viaje tan tan tan tan largo. Para mi fue muy doloroso y recuerdo que fue como hacer un nuevo duelo. Además me sentía humillada e ingenua por haber esperado tanto algo que jamás sucedería. Creo que es desde entonces que no soporto las historias Disney dónde los padres muertos de las princesas aparecen siempre de vuelta (los de ellas al final sí se habían ido de viaje realmente!)

    Quería compartirlo por si todavía alguien piensa que mintiendo a sus hijos les hace algún favor.

    • Olga Marín dice:

      Nuria,
      Me ha emocionado tu aportación. Muchas gracias por compartir una información tan íntima. Creo que puede ayudar mucho a otras personas.
      Un abrazo!

  • Ana dice:

    Mi hijo de seis años hace mucho tiempo que pregunta a menudo por la muerte. ¿Qué pasa cuando nos morimos? De la primera vez que formuló la pregunta solo recuerdo que pensé: ¿Y ahora qué le digo?.
    Cuando por fin le contesté sobre el tema le dije que hay diversas creencias al respecto y como insistía le di alguna pincelada muy simplista de lo dicen algunas religiones.Yo tengo la sensación a día de hoy de que le sigue preocupando que al morir todo lo que hace, le gusta, siente, etc, desaparezca. Él dice que cree que cuando morimos volvemos a nacer y yo le digo que tal vez. Me pide que le diga qué pienso yo y mi respuesta es que no lo sé. Si insiste mucho le digo que creo que no hay nada pero también le digo que no es algo de lo que yo esté absolutamente segura. Con ello lo único que pretendo es dejarle la puerta abierta a que de varias opciones él escoja la que le permita superar su angustia.

  • Sonia dice:

    Parece que va sincronizado con mi vida. Llevamos unos meses con mi padre muy enfermo, no quiero decir que muera, pero claro, te hace tomar consciencia sobre lo poco que nos preparan…Además, aunque no sea ahora, tarde o temprano morimos. Prefiero pensar que cambiamos de forma física, como el agua, que en esencia es H2O, pero su forma cambia de agua a vapor, etc.
    Mil gracias de nuevo!!!

  • Mavi dice:

    Muchas gracias Olga por hablar tan claramente de este tema tabú. Cuando leo tenía 3 años, sufrimos la pérdida de un bebé y al poco tiempo la muerte de mi padre. Puedes imaginarte que me vió llorar y estuve triste. Más aún por la primera, que fue una gran desilusión, que por la segunda… Que al fin y al cabo fue una muerte ‘natural’ y acompañada. era muy muy muy viejo y estaba muy muy muy enfermo. Conteste a sus preguntas con toda sinceridad, intentando ser clara y sencilla. Pero cuando me pregunto, que a donde se había ido el abuelo… No pude evitar la metáfora. Para mi, mi padre no está enterrado en el cementerio. Yo lo imagino cerca cuando miro al cielo y veo la luna. Así se lo explique y si, probablemente lo entendió al pie de la letra, porque ahora siempre que ve la luna nombra- su abuelo. Es para mi una oportunidad para hablarle de el…

  • Helen dice:

    Mi niña tiene 10 años y hemos abordado mucho este tema, pero ella siempre llora, dice que no podría vivir sin mi, soy una madre soltera y por lo tanto me tiene solo a mí. Para mi es un tema bien difícil porque no quiero faltarle hasta que ella sea más grande y pueda ser totalmente independiente en todos los aspectos. Sin embargo, algo que me ha ayudado mucho es la religión que tengo: soy SUD y ahí nos enseñan el propósito de nuestra vida y adónde vamos cuando morimos, eso en gran medida le ha ayudado de igual forma a comprender muchas cosas; por ejemplo, le tranquiliza saber que va a conocer a sus bisabuelos en algún momento, lo cual es algo que ella anhela mucho porque mis padres hablan muchos de ellos y la niña aunque no los conoce los ama por todo lo que sabe de ellos.

  • Helena dice:

    Y cuando se ha producido una muerte en la familia de alguien que no era muy viejo ni estaba enfermo, cómo lo enfocas? Mi hijo no conoció a mi hermano porque murió antes, pero ve fotos y pregunta, y es un tema doloroso para mi y al que me cuesta responder. Pero tiene 4 años y ya ve que viejo, viejo no era.

    • Olga Marín dice:

      No temas ponerte triste delante de tu hijo si hablas de tu hermano, y como tu hijo es muy pequeño le puedes decir que estaba muy enfermo, aunque no sea del exactamente así. Dependiendo de la causa real de la muerte, y de la edad del niño, hay que simplificar mucho la explicación.

  • Sonia dice:

    Eso me pregunta mi hijo de 3 años, y si ve que me duele algo me pregunta muy preocupado: Mama, ¿te vas a hacer vieja? ¿Te vas a morir? Otras veces cuando no quiere hacer siesta pero yo estoy cansada y me recuesto a echar una cabezada, le tengo que decir lo que voy a hacer porque me preguntaba si me he muerto.

Responder Cancelar

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies