Aprender a tolerar la frustración es un trabajo imprescindible para cualquier persona. Sin tolerancia a la frustración no hay resiliencia, que es la capacidad de afrontar los reveses de la vida.  Muchísimas madres me cuentan que su hijo tiene baja tolerancia a la frustración, que se enfada enseguida cuando algo no le sale, o cuando quiere algo y se le pide que espere.

Si este es el caso de tu hij@, te invito a que mires el vídeo de hoy.

Te recuerdo también que puedes mirar mi nuevo ​curso EDUCAR LA CONEXIÓN, donde podrás hacer este imprescindible trabajo acompañada en lugar de sola.

Te envío un cálido abrazo y nos vemos en el próximo vídeo.

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