¿Eres perseguidora, víctima o salvadora?

Cuando tenemos un conflicto en nuestras relaciones personales (con la pareja, familia, amigos, compañeros de trabajo), muchas veces repetimos una y otra vez la misma dinámica. Los psicoterapeutas la llamamos juegos psicológicos, porque en algunos aspectos se parecen a los juegos de la vida cotidiana. Pero, a diferencia de los juegos de mesa, los juegos psicológicos son inconscientes. 

En los juegos psicológicos, los participantes juegan en uno de estos tres papeles básicos: Perseguidor, Salvador o Víctima.

Todas jugamos a juegos psicológicos. Y todas adoptamos un papel preferido, pero también jugamos desde los otros dos. 

Estos 3 papeles se representan así en el llamado Triángulo Dramático:

¿Con qué papel te identificas más?

  1. Perseguidor. Critican, desvalorizan, necesitan tener razón, necesitan que les teman, buscan siempre los fallos. Persiguen y culpan a las Víctimas y critican la actitud de los Salvadores. Son personas que internamente se sienten inferiores y  necesitan controlar mediante amenazas, orden, rigidez. Su lema es "pisa antes de que te pisen".
  2. Víctima. Estas personas se quejan constantemente de su suerte y niegan su responsabilidad en sus circunstancias adversas. Se ven incapaces e incompetentes e intentan que otro venga a "salvarles" y a darles la solución de sus dificultades. Básicamente, quieren que otro se haga cargo de su vida. 
  3. Salvador. Se dedica a satisfacer constantemente las necesidades de los demás para sentirse imprescindible, pero acaba resintiéndose y pensando que los demás son unos desagradecidos. Es la típica persona que diría: "Después de todo lo que he hecho por ti..."

Papeles falsos y auténticos

Es importante diferenciar entre los papeles falsos, que son distorsiones de los papeles auténticos, que también se presentan en la vida real. Te pongo unos ejemplos:

Papel

Auténtico

Falso

Perseguidor

La policía que persigue a un delincuente

Un miembro de la pareja que descalifica al otro

Víctima

Un refugiado que huye de la guerra

Alguien que se queja de otro y no hace nada por cambiar la situación

Salvador

Un médico que salva la vida de un paciente

Una madre que le hace los deberes a su hijo

Todas jugamos a todo

Puesto que estos papeles falsos son tóxicos y nos dañan a nosotras mismas y a nuestras relaciones, lo que hacemos es intentar cambiar de papel, creyendo que así nos sentiremos mejor. Por eso, en la figura del triángulo las flechas van en todas direcciones.

El Perseguidor a veces se siente culpable y pasa a ser Salvador. El Salvador se cansa de salvar siempre a la Víctima y pasa a ser Perseguidor. Y la Víctima, resentida con su Perseguidor o su Salvador, pasará a perseguirlos. Te pongo un ejemplo cotidiano. Entre paréntesis te pongo la inicial del papel que va haciendo cada uno.

Ana: ¡No me puedo creer que te hayas vuelto a olvidar de comprar el pan! (P)

David: Es que he tenido que quedarme más tarde en el trabajo porque fulanito no entendía una cosa y me ha pedido ayuda (S). 

Ana: ¡Siempre te quedas hasta tarde, y ni siquiera me llamas para avisarme! (P)

David: Bueno, también puedes comprar tú el pan, ¿no? ¡Haces jornada intensiva y tienes más tiempo que yo! (P)

Ana: ¡Menuda jeta, tú vas 3 veces a la semana al gimnasio y yo ninguna! (P)

David: Ya sabes que me duele mucho la espalda y el médico me dijo que tenía que nadar... (V)

Ana: Bueno, si quieres, después de cenar te hago un masaje (S).

David: ¡Déjalo, no quiero que luego me pongas cara de perro toda la semana! (P)

​¿Cómo puedes salir del Triángulo Dramático?

Para salir de este triángulo tienes que crear nuevos papeles, funcionales. A este nuevo triángulo le llamamos Triángulo del Ganador.

Si eres más Perseguidora debes aprender a ser Asertiva. El aprendizaje está en  autoafirmarte ante los demás sin necesidad de sentirte superior. Debes aprender a resolver tus conflictos negociando, pedir lo que necesites, decir que "no" a lo que no quieres hacer, expresar tu malestar si la conducta del otro te está resultando inaceptable y ver cómo puedes llegar a consensos.

Si eres más Salvadora debes aprender a ser una Ayudadora empática. El aprendizaje está en preocuparte de los demás pero entendiendo que el otro tiene que encontrar los recursos para resolver sus propios problemas. La ayudadora empática escucha al otro y también a sí misma (sus necesidades). Espera que el otro pida ayuda y no adivina lo que el otro necesita, sino que se lo pregunta.

Si eres más Víctima debes aprender a ser Vulnerable/Responsable. El aprendizaje está en entender que, por supuesto, eres vulnerable y puedes tener problemas, pero te responsabilizas de ellos desde una posición adulta. Aprende a buscar ayuda en profesionales, o en familia y amigos, pero sin pasarles la responsabilidad de que te den la solución. Tú creas tu propia fortaleza interna, tú generas tus propios recursos para ser feliz.

Ahora, te espero en los comentarios. ¿Te ha resultado útil este post? ¿Te identificas ya claramente con unos de los 3 papeles? 

Un abrazo y hasta la semana que viene.

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Irene - enero 17, 2016

Hola Olga. También me ha parecido un post muy interesante y me gustaría que lo ampliaras. Yo me identifico con perseguidora y salvadora y desearía cambiarlos. Creo que empezaré por identificarlos cuando aparezcan, para intentar redirigirlos.
Un saludo

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Estibaliz - diciembre 9, 2015

Me ha gustado muchísimo el post. Yo me identifico con los tres con dos de ellos más a menudo. Me parece muy interesante si hicieses algún otro post más extenso sobre actitudes positivas para cambiar estos hábitos.

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Maruja - diciembre 4, 2015

Me identifico con dos de ellos. Con mi pareja hago de victima, y con mis hijas de salvadora. No es tan radical, sobre todo con mis hijas, soy muy protectora y siempre estoy pensando en como hacerles la vida mas facil, pero sin entrar en hacer sus deberes (de casa, colegio…), en sus decisiones…, pero es cierto que saben que si tienen un problema ahí estoy yo.
Mi marido y yo estuvimos con los roles Salvador/Victima durante mucho tiempo, de manera inconsciente hasta que llegó un momento que era tan excesivo que estuvimos a punto de separarnos. Los dos estábamos agotados de dichos roles. Al principio no sabíamos que eran ‘roles’, si no que ‘eramos’ así. Afortunadamente pudimos reorientar la situación y de esto ya han pasado 10 años. Ahora no tenemos esos roles, pero aunque soy consciente de ello me noto en determinadas circunstancias me salen actos o frases de manera refleja que vuelven al papel de victima. Cuando me doy cuenta me enfado conmigo misma. Supongo que será cuestión de tiempo…
Muy útil el artículo, muy bueno. Muchas gracias

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    Olga Marín - diciembre 6, 2015

    Maruja, ya tienes mucho terreno ganado porque eres consciente de tu papel preferido. Lo único que debes hacer es salir de él cuando te pilles.
    Un abrazo!

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Raquel - diciembre 4, 2015

Me ha encantado el post y me encantaría que fuera una introducción sobre cómo desarrollar los tres roles positivos.
Sobre todo del último porque asertividad y contacto con las propias necesidades es algo más conocido para mi.
También me interesaría saber cómo podemos actuar cuando detectamos esos roles en los demás pero no hacía nosotros. Estoy pensando en concreto en alguien con el papel de víctima, ¿cómo podemos ayudarle si no tenemos el rol de perseguidor? Supongo que la respuesta sería actuar como ayudadora empática.

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    Olga Marín - diciembre 6, 2015

    Gracias, Raquel. Y exacto, tú misma has dado la respuesta a tu pregunta. Añado, además, que con las Víctimas a veces cuesta mucho no caer en el papel de Salvadora; ¡son muy insistentes!
    Seguiré tratando el tema si te parece en próximos posts.

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Eeuugg - diciembre 3, 2015

Muy acertado…. Y me identifico con Víctima y Perseguidora…. Quiero cambiar.

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